En el inmenso azul del mar,
o buscando en la oscuridad,
dime, amor, ¿dónde estás?
Marchas, amor, ¿dónde vas?
Te posas en unos labios,
pero cuando llego no estás
y te veo mecerte al ritmo
de aquellas caderas al andar,
aun vuelves a dejarme
dando vueltas casi al azar.
Escucho tu sonido,
me giro y ya te vas.
¡Ay! amor, no sigas,
déjame, al menos, descansar
o quedas quieto en una
¡o no aparezcas más!
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