jueves, 27 de octubre de 2011

Anticuento

¿Por qué anticuento? Primero porque no empieza en un lugar muy muy lejano, si no aquí, en tu país. Tampoco es hace mucho mucho tiempo, es ahora, en nuestros días. Ni la protagonista es una bella princesa, ni una mujer hermosa pero muy pobre, de hecho ni es mujer, es un hombre, un trabajador normal, ni rico ni pobre. Tampoco viene a rescatarlo y enamorarlo un príncipe, aunque más de un príncipe de nuestros días podría querer enamorarlo, no viene a rescatarlo nadie. Pero mejor dejo las explicaciones y empiezo el cuento.

Este último fin de semana, en una disco de la ciudad, un joven bebía una copa y observaba en la discoteca junto a sus amigos. De vez en cuando bailaban un poco, pasando del movimiento ligero del cubata a algún que otro paso con más arte que ganas. Era un chico que no se distinguía del resto por alto o bajo, delgado o gordo, ropa mejor o peor. Si en algo llamaba la atención normalmente era por ser inteligente y buen conversador. Su nombre, lo llamaremos por el mote con que sus amigos le llamaban, AC, porque siempre siempre andaba escuchando la música de ACDC.

A pocos metros de él había dos chicas que charlaban entre ellas, más haciendo como que no veían al resto de personas que sin verlas realmente. Una de ellas llamaba la atención de toda la discoteca, sin dudas era la más guapa, su pelo largo, moreno, rizado, sus pechos en un generoso escote, su espalda practicamente entera al aire y sus piernas se veían largas y tersas. La otra, los demás casi ni la veían, aunque era muy guapa de cara, con unos ojos brillantes y una sonrisa limpia, por lo demás no es que fuese fea, nada más lejos de la realidad, pero tampoco era de una belleza llamativa como su amiga, como nuestro protagonista, ella era normal en su físico e inteligente.

Cuando los amigos de él y las dos chicas se cruzaron, todos menos uno rodearon a la más bella, todos menos AC, que sin saber muy bien porqué veía algo especial en la otra chica. Se presentaron, Lola se llamaba ella, y empezaron a hablar. Entre los amigos competían por ligarse a la chica, AC y Lola simplemente hablaban.

Dos o tres veces los amigos le decían, ¿por qué no lo intentas con la otra como todos? Y el respondía, porque no tengo nada que hablar con ella. Con Lola hablaba de música, de películas, bailaban juntos y lo pasaba muy bien.

Al final de la noche, la otra chica se fue con uno de los amigos de AC, a casa de él, mientras AC acompañaba a Lola a su casa, besándose por las esquinas. El le preguntó que si siempre salía con su amiga, ella le respondió, que si, pero que normalmente su amiga no vestía como hoy, puesto que era la primera vez que salía desde su operación para ponerse pechos. Lo que AC no sabía es que Paulina, que era el nombre de la amiga, antes se llamaba Jorge.

Al día siguiente el amigo contaba como se encontró con una sorpresa no esperada, que le había fastidiado la noche. Lo que no contaba es que Paulina le había dicho la verdad mucho antes, pero que él se sentía atraído por ella y que le había dado igual.

Meses después Juan, el amigo, contará su relación con Paulina, que poco después completará su liberación. Se casaran y adoptaran 2 niños.

Años después, Lola y AC seguirán juntos, aunque solo como amigos. La pareja se romperá con el tiempo y además, un anticuento no puede acabar diciendo que fueron felices y comieron perdices.

Ah! como buen anticuento no tiene moraleja, si no antimoraleja, haz lo que te haga feliz aunque los demás no les guste.

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